La III edición de la Madrid Design Festival ha acogido la exposición artística y conceptual ‘El Hogar del Mañana’ elaborada por el artista Luis Úrculo en colaboración con Ikea.
Úrculo, bajo la asesoría de los arquitectos Inmaculada Maluenda y Enrique Encabo, han tomado como referencia los grandes problemas como el calentamiento global, la rápida urbanización, la cuestión energética, la sostenibilidad, la soledad para ofrecer, una serie de propuestas en forma de proyectos desarrollados por Ikea de cara a los futuros hogares de 2030.
La economía circular y el reciclaje para la transformación de plásticos en tejidos ha estado presente, así como los sistemas solares fotovoltaícos para ir obteniendo independencia progresiva para, además de ser consumidores, ser productores.
La agricultura urbana será otro eje del futuro ya que proporciona alimentos frescos, genera empleo, recicla residuos urbanos, crea cinturones verdes, y fortalece la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático. Según Úrculo, el autocultivo será de gran relevancia en las casas del 2030. Interiores, pero también espacios comunes exteriores y áreas urbanas, se beneficiarán de esta práctica sostenible.
Entre las propuestas más rompedoras se encontraba convertir los hogares en un puntos de encuentro, deshaciéndonos de las ideas convencionales de privacidad y asumiendo como un reto compartir nuestros espacios para obtener una mejor calidad de vida.
Smart Home
Según la ONU, para los próximos 10 años habrá más personas pero menos espacio. Por ello, se apuesta por los espacios pequeños con muebles robotizados para que quienes vivan en estas minicasas no tengan que comprometer sus necesidades, sueños o comodidad para conseguir un espacio vital multifuncional. Utilizando la robótica podrán transformar el espacio de dormitorio en vestidor; de estudio a salón. Una solución all in one que se activa a través de una sencilla interfaz táctil.
En definitiva: hogares con autocultivos, más pequeñas, compartidas, con sistemas fotovoltaicos integrados y completamente sostenibles. Unas casas del 2030 donde no habrá privacidad absoluta; sí coliving y huertos comunitarios. No habrá factura de luz individuales; sí facturas con un alto porcentaje de eficiencia energética. Habrá una población envejecida que vivirá sola. Y habrá casas compartidas con gente joven. Al menos, eso es lo que propone Luis Úrculo para el futuro.