Dronak es una empresa vizcaína creada en 2015 con el objetivo de prestar servicios relacionados con los drones, así como diseñar y fabricar este tipo de aparatos para usos específicos. Hace unas semanas ha recibido su premio número 15, uno de los más importantes de su trayectoria: el Global Business Insight Awards. Este reconocimiento es una prueba de que el trabajo en I+D+i del equipo de Dronak está trascendiendo las fronteras de Euskadi.
Una de sus últimas innovaciones ha sido desarrollar un dron que vuela con hidrógeno. Observando las diferentes iniciativas impulsadas por el Gobierno Vasco vinculadas a la Estrategia Vasca del Hidrógeno, desde la firma vizcaína han querido aportar su granito de arena, como reconoce Fabia Silva, CEO de Dronak: “Hemos hecho un proyecto en ese sentido porque también creemos que el hidrógeno puede ser una solución. Una de las soluciones, no la única. Hoy en día, para el vuelo de los drones empleamos las baterías de litio que hacen que los drones vuelen como máximo unos 45 minutos. Con nuestra batería de hidrógeno hemos multiplicado por cuatro las horas de vuelo. Y es una solución completamente ecológica porque el hidrógeno lo generamos nosotros a través de aguas residuales con un generador que está alimentado con placas solares, con lo cual, todo el sistema, tanto de generación como el propio hidrógeno, es completamente ecológico”.
Otro ejemplo del trabajo en I+D+i de Dronak es un dron que están desarrollando orientado a las empresas de generación de energía eólica, como detalla Fabia Silva: “Este dron va a ser una gran novedad dentro de ese sector y está ideado en clave ecológica para paliar el impacto que genera la limpieza de las palas eólicas. Es un proyecto que pretendemos presentar en el ámbito europeo y que ha sido demandado por una empresa americana especializada en el sector. Lo estamos diseñando en Euskadi, en casa, y la verdad es que va a solucionar un gran problema del sector eólico”.
Dronak es una firma comprometida especialmente con el medio ambiente impulsando lo que denominan “innovación social sostenible” basada en tres pilares: el empoderamiento de las personas, “que la inteligencia artificial y la robótica sirvan para ayudar al ser humano” y, en tercer lugar, todo el compromiso ambiental, “donde aplicamos la economía circular”, según recalca la responsable de la empresa vizcaína. Estos valores también se reflejan en el desarrollo de lo que han denominado Ecodron, fabricado en un 78% con materiales biodegradables. “Realizamos una vigilancia muy importante de la trazabilidad de los productos que usamos para fabricar nuestros drones. Usamos filamentos reciclados en nuestras impresoras 3D para hacer los moldes y para hacer también lo que sería el prototipo de los drones que luego fabricamos. Estudiamos cómo reciclar componentes y buscamos que sean biodegradables”, recuerda Silva.
En los últimos meses, Dronak ha trabajado en proyectos vinculados con el uso de drones para el recuento de personas en espacios abiertos, en el contexto de la pandemia del coronavirus. Utilizando Data Collection o Visual Data, a través de cámaras de alta precisión, han recolectado datos visuales para realizar modelos digitales de terrenos o ver niveles de acumulación de personas en determinadas playas, una herramienta de control de aforo muy importante durante la pandemia de la COVID-19.
Pero sin duda, uno de los ámbitos que más está demandando el uso de drones es el de la agricultura de precisión. “Trabajamos con muchísimas bodegas con las que hemos realizado ortofotos, modelos digitales, cartografía, volumetría, fotogrametría… Tenemos ya muchos datos y estamos trabajando también con otras empresas vascas del sector en diseñar otros dos modelos de drones muy innovadores: para el control de agricultura de precisión de larga escala y otro es para invernaderos. Es todo lo que te puedo decir porque es un proyecto muy innovador”, señala la CEO. A todo esto habría que añadirle el proyecto junto a “una importante empresa europea para desarrollar un drón para la siembra y cartografía de árboles”.
Con todo, el modelo de negocio de Dronak va mucho más allá del diseño y fabricación de drones aéreos, ofrecer servicios relacionados con ellos o impartir formación para su manejo. La firma vasca también está desarrollando robots controlados de forma remota que se pueden desplazar por superficies acuáticas y terrestres, como adelanta Fabia Silva: “Tenemos dos drones marítimos. Uno, ameriza en la superficie del agua y lleva a cabo una medición de parámetros de la calidad de agua. El segundo es un drón subacuático que realiza batimetría para la visualización de fondos marinos. Y el terrestre es el último drón que hemos diseñado. Está todavía en fase de pruebas, pero está pensado para la detección de suelos contaminados”.
De cara al futuro, Dronak tiene previsto crecer en plantilla y en espacio a partir de septiembre. Sus responsables contemplan la posibilidad de abrir nuevas oficinas en el extranjero: “En términos de internacionalización, nos están demandando muchísimo, sobre todo para agricultura de precisión en Brasil. Y en Estados Unidos tenemos algunas demandas de algunos estados para implantar una segunda oficina, una segunda sede de Dronak para atender el mercado americano, porque pese a que pensábamos que las mayores tecnologías vienen de ahí, estamos presentando tecnologías que al mercado americano les hace falta y estamos encantados de trasladar tecnología vasca a Estados Unidos”.
Otro reto es trasladar el universo cuántico a los drones, para lo que se apoyarán en iniciativas como las impulsas por INNOLAB Bilbao y varias empresas y centros de formación. “Nos encanta la computación cuántica como reto y ya estamos diseñando drones con sensórica cuántica aplicada. Creemos que la sensórica cuántica nos puede ayudar en cuestiones como lanzar un drón a distancia sin depender de la telemetría. Además, se ha descubierto que hay unos sensores cuánticos que son capaces de hacer lecturas de terreno a mucha profundidad, y a cuanta más profundidad pudiésemos llegar, mejoraría la medición de parámetros como la calidad de las aguas o del terreno”.
La industria 4.0, con la implementación de tecnologías inteligentes y materiales avanzados, es una de las prioridades del Grupo SPRI, que actúa como enlace tecnológico para que las empresas vascas accedan a soluciones 4.0, desde ayudas hasta el apoyo de profesionales en la materia durante todo el proceso.