Innovar, y lo más importante, invertir en innovación, es sinónimo de progreso, adaptación y crecimiento. Podemos ver la innovación en tecnología y educación, pero también en ámbito organizacional y social. ¿Pero esto qué significado tiene para el conjunto de la ciudadanía?
En el contexto actual, la innovación busca transformar la realidad a partir de la colaboración para producir e intercambiar conocimientos que generan valor al conjunto de la sociedad. Es una de reflexiones sobre el futuro de las ciudades que pusieron sobre la mesa el director general de Eraikune, Jon Ansoleaga Ugarte, María Pilar Górriz Ramón, gerente de innovación en Renfe, Enrique Gómez Cristóbal, director del Departamento de Consultoría y Nuevas tecnologías de SENER en la charla ‘Infraestructura 2022: Innovación sostenibilidad y hubs de transporte’, organizada por EL CORREO.
El director general de Eraikune reflexionó sobre el concepto de innovación, aquel en el que confluyen la Administración, las empresas y, sobre todo, la ciudadanía. Y es que, según Ansoleaga, de cara al futuro la innovación debe ser “un canal para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía”. En ese sentido, destacó la necesidad de orientar actuaciones que comuniquen y sensibilicen a la ciudadanía sobre las infraestructuras innovadoras y sostenibles que vienen desarrollando las entidades públicas en colaboración con las empresas vacas de la industria de la construcción.
Y es que la innovación es una pieza clave para que las empresas sobrevivan en un entorno cada vez más cambiante. ¿Pero qué significa la innovación como tal? ¿Es tener una idea disruptiva? Gómez (Sener) sostuvo que en la base de la innovación “tiene que haber un reto, tiene que haber una necesidad antes que una idea. La clave es el innovar, pero para que”. Gorriz (Renfe) por su parte, nos aportó la visión de la transferencia de conocimiento en cuanto a la innovación: “La tecnología puede convertirse en una fuente importante de innovaciones y de mejora de la competitividad para las empresas. La innovación tiene que ser para que todos la podamos disfrutar y más si proviene de fondos públicos. Al final, tiene que revertir en toda la sociedad”.
La magnitud de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad está priorizando la capacidad de colaborar de las empresas con las instituciones públicas para dar respuestas a los problemas globales urgentes, comenzando por la protección de la salud, la recuperación económica y consolidando los objetivos de la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, Ansoleaga añadió que “como sociedad tenemos que permitir que los presupuestos en I+D lleguen a la empresa privada con procesos sencillos». Destaco a su vez la cultura de la colaboración que existe en materia de innovación en Euskadi entre Administración y empresa privada: “Hay una apuesta clara por promover ese tipo de formatos de relación para poder implementar proyectos de innovación”.
Precisamente, la necesidad de la colaboración público-privada hace que no podamos pasar sin mencionar los fondos europeos Next Generation. Y es que la estrategia Europea de los Fondos Comunitarios está enfocada en la modernización, sostenibilidad y transformación digital de empresas e instituciones, pero a su vez, supone para nuestros poderes públicos un reto de primera magnitud. Ansoleaga destaco que “entre todos” tenemos el reto de hacer más sencillo y ágil el acceso a los fondos: “El reto en España está en el proceso también”.