Faltan apenas cinco días para que la Comisión de Energía del Parlamento Europeo decida y previsiblemente apruebe la Directiva europea de Eficiencia Energética de los Edificios, que el día 13 de marzo debería adoptarse definitivamente. Se trata de un reglamento que obligará a rehabilitar gran parte del parque de viviendas de los países miembros, entre ellos, España. La normativa establece la necesidad de renovar los inmuebles y situarlos en la letra E en 2030 y en la D en 2033, tal y como publica 20minutos.
¿Qué son estas letras? La calificación energética de una vivienda es el índice que muestra cómo de eficiente es la casa mediante una escala que va desde la A, para señalar el máximo grado, hasta la G.
De acuerdo con la directiva UE, en 2030 cualquiera que tenga o compre una casa de calificación G o F deberá renovarla al menos a calificación E, mientras que tres años después tendrá que pasar a la D. Se trata de un auténtico reto, ya que el 80% del parque de viviendas se encuentra entre las tres letras más bajas, explica Idealista.
En la redacción original de la normativa, se prohibía vender o alquilar una casa a quienes no tuvieran el sello verde europeo, pero posteriormente se rebajó este requisito. No obstante, se contemplan sanciones para quienes no sigan estas indicaciones y renueven sus viviendas según las letras exigidas. El montante de estas multas queda en manos del Gobierno de cada país. “Lo cierto es que el incumplimiento de las obligaciones puede acarrear una pérdida de valor de la propiedad, con posibles consecuencias también para las hipotecas”, recalca el portal inmobiliario.
La norma recoge también excepciones: edificios históricos “protegidos oficialmente”, iglesias y demás lugares de culto, segundas residencias habitadas menos de cuatro meses al año y viviendas unifamiliares con una superficie inferior a 50 metros cuadrados.
El objetivo de la directiva es reducir la contaminación generada por los edificios, responsables de más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE. La reducción de estas emisiones, remarca la Comisión Europea (CE), es un paso fundamental para lograr la neutralidad climática en 2050.
En esta línea, la Comisión propone que, a partir de 2030, todos los edificios nuevos sean neutros en emisiones de carbono. En el sector público, la fecha se adelante a 2027.
“Estimular las reformas de casa y otros edificios apoya la recuperación económica y genera nuevas oportunidades de empleo. Las reformas enfocadas a la eficiencia energética permiten pagar una factura de la luz más baja y al final la inversión merece la pena”, señaló hace aproximadamente un año el vicepresidente de la CE, Frans Timmermans.