Codenor, empresa socia del clúster Eraikune, ha tramitado más de 28 millones de euros en ayudas a comunidades de vecinos con un 100% de resoluciones favorables en los programas del IDAE, EVE y en la actualidad los Next Generation garantizando por escrito que si no obtienen las ayudas no deben abonar nada.
En la actualidad hay disponibles para las comunidades de vecinos varios tipos de ayudas desde distintos estamentos. Las más conocidas son los fondos europeos Next Generation, que subvencionan desde un 40 hasta un 80% del costo elegible de la obra a fondo perdido, y hasta el 100% en casos de vulnerabilidad.
Más del 60% del parque edificado nacional es anterior a 1980, año en el que se publicó la primera normativa sobre eficiencia energética y consume un 40% de la energía que se consume en España, con unas emisiones de CO2 de cerca del 39%. Por eso es importante que las viviendas estén preparada para que la energía que se le aplica para calentarla sea la mínima posible, y no se escape por las ventanas, el tejado o una fachada mal aislada, y sean capaces de mantener esa energía durante más tiempo en el interior, de cara a utilizar los mínimos recursos posibles para alcanzar el bienestar y que, además, tenga un componente estético.
Con el apoyo de los fondos europeos Next Generation, el Gobierno Vasco ha puesto en marcha las ayudas a la rehabilitación de edificios y la eficiencia energética, en los que en función del grado de mejora obtenido con la obra de rehabilitación, se pueden obtener ayudas que van desde un 40 hasta un 80% de subvención a fondo perdido. Además, en casos de vulnerabilidad económica, el porcentaje puede llegar hasta el 100% con un máximo de 23.500 € por vivienda.
Con la puesta en marcha de estas ayudas, nace la figura del agente rehabilitador, que es un agente de confianza, que con su trayectoria y experiencia, se encarga de realizar todas las acciones necesarias para acelerar los procesos que conlleva ejecutar una obra de rehabilitación energética en un edificio, encargándose de todas las gestiones necesarias para ello, desde la fase inicial, la realización del proyecto, así como el estudio económico, la realización de la obra, la tramitación de las ayudas, y hasta la fase final en la que el cliente recibe la dotación económica de las ayudas en su cuenta.
Codenor, como agente rehabilitador, cuenta con un departamento propio para de tramitación de ayudas, que se encarga de aconsejar y asesorar a las Comunidades de vecinos, Arquitectos y Administradores de fincas, de cuáles son las ayudas optimas a las que pueden acceder en cada caso, con más de 125 expedientes de ayudas tramitados por valor de 28 millones de euros y un curriculum de mas de 600 obras ejecutadas con éxito.
Codenor atiende a todo tipo de clientes y les asesoran sobre cuál es el mejor método de rehabilitación que pueden llevar a cabo. No en vano, llevan más de 13 años rehabilitando edificios y tras más de 600 intervenciones han aprendido tanto a rehabilitar edificios como a facilitar al cliente el que pueda hacerlo, y fruto de ello es que este año les fue concedido un premio europeo a la Mejor Empresa de Rehabilitación de Edificios de España. Además, se encarga de todo el proceso completo y financian a los clientes para que puedan pagar las obras en cómodas cuotas hasta en 12 años.
Objetivos de la rehabilitación energética
Desde el año 2010, Codenor ha aportado soluciones técnicas a los inmuebles, para dotarlos de unas acciones de mejora energéticas que no se tuvieron en cuenta en el momento de su construcción, bien por los conocimientos de la época o por la escasa normativa al respecto. Es por ello que actualmente trabajan tanto en la instalación de nuevas fachadas tipo SATE y fachadas ventiladas, complementándolo con la instalación de sistemas fotovoltaicos en comunidades de vecinos, así como en la implantación de fachadas ventiladas fotovoltaicas. Ya cuentan con varios casos tramitados de ayudas con el 80% de subvención en obras de Comunidades de vecinos.
En Codenor buscan principalmente cuatro objetivos con la rehabilitación energética:
- Tener un edificio sano y seguro para los usuarios y los viandantes, reparando para ello todas las partes estructurales, los cerramientos e instalaciones y dejándolo preparado para su vida durante los próximos años.
- El confort de la vida en el interior para sus usuarios al respirar aire sin viciar y sin altos índices de humedad interior ni condensaciones, ya que respirar los hongos que se generan por condensación provoca cada año miles de enfermedades respiratorias graves, sobre todo en niños y mayores.
- El ahorro energético en la factura. Para calentar una vivienda hace falta un gasto de energía que puede que se escape por los cerramientos si no somos capaces de retenerlo en el interior, por lo que el proceso de calentarla no termina nunca, con el consiguiente consumo y derroche de energía y de dinero. La diferencia de consumo entre una vivienda aislada térmicamente y una convencional construida en los años 80 sin ningún tipo de aislamiento es enorme. Según los testimonios de los vecinos de los edificios donde hacemos una obra, en el mismo momento que estamos terminado de instalar el aislamiento notan tanta diferencia y apenas han necesitado poner la calefacción.
- La revalorización de la vivienda, que quizás es la consecuencia de los tres anteriores. Estas viviendas rehabilitadas energéticamente se revalorizan de forma automática y se venden muchísimo antes porque el comprador ya no tiene que llevar a cabo una obra y los gastos de mantenimiento son muy inferiores. Dicho de otra forma, que se vende mucho antes y por más valor.
Claves para rehabilitar energéticamente un edificio
No hay grandes secretos para hacer las cosas bien, aplicar el sentido común y no dejarse llevar por ofertas de última hora o precios desorbitadamente más baratos. Una obra bien realizada tiene un valor, por lo que hay que desconfiar de las diferencias de precio muy elevadas. Las claves de éxito de una rehabilitación bien realizada son principalmente cuatro:
- Realizar un proyecto que estudie y recoja cuales son las patologías del actuales del edificio y cuáles son las actuaciones necesarias para llevar a cabo para solucionarlas, redactado por un profesional cualificado, normalmente un arquitecto o un aparejador.
- Contratar a una empresa de contrastada experiencia, con una amplia solvencia tanto técnica como económica y con experiencia en obras similares, cuyo presupuesto recoja las actuaciones indicadas en el proyecto, que nos inspire confianza, y no dejarse llevar solamente por el precio ya que en una obra de cierta envergadura no hay segundas oportunidades.
- Poder pagar la obra en cuotas que todos los vecinos puedan soportar, para lo que existen empresas que financian hasta en 120 meses, como Codenor.
- Que la empresa contratada tenga amplia experiencia en la tramitación y obtención de las ayudas disponibles para la obra, como son por ejemplo las del I.D.A.E, el Ente Vasco de Energía y los Next Generation que tramitan desde Codenor y que aportan hasta un 80% de la obra a fondo perdido.