El periódico Diario Vasco recoge las palabras de Juana Otxoa-Errarte, presidenta de la delegación en Gipuzkoa del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, y Nagore Azuabarrena, presidenta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa quienes repasan cuáles son los motivos que deben impulsarnos a rehabilitar nuestros hogares, por qué el actual es un momento ideal para ello y cuál es la función de sus colegios en todo este proceso.
Huelga decir que el aspecto económico es fundamental en todo este camino. Los costes son elevados en este tipo de obras, pero nos encontramos en un momento en el que las ayudas se han multiplicado para facilitar estas iniciativas: «Hay ayudas de todo tipo: algunas son a nivel de edificio y otras, a nivel individual, incluso por barrios», explica Juana, consciente de que estamos ante una oportunidad única de lograr subvenciones potentes, toda vez que desde Europa se están promoviendo las rehabilitaciones de los edificios y el ahorro energético. Nagore añade que «a día de hoy las ayudas incluyen tanto los honorarios de los técnicos como el proyecto, y eso está animando a las comunidades a movilizarse para rehabilitar sus edificios».
Esta necesidad se ha impulsado desde la pandemia y el incremento de coste de la energía, ayudada notablemente por la apertura, ahora hace un año, de las oficinas de rehabilitación tanto del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa como del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, que han recibido estos meses las consultas de ciudadanos, profesionales y administradores de fincas del territorio. «Estas oficinas son muy importantes porque te van a ahorrar tiempo de búsqueda a la hora de saber dónde tienes que ir a solicitar subvenciones», comenta Nagore. Para ello, «tenemos una persona en cada colegio que se encarga de estar al día de las ayudas que van surgiendo, de las que han llegado a su fin… con el objetivo de que podamos dar a conocer a todos los que nos visitan la información más detallada y actual posible», insiste la presidenta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa.
En apenas un año (abrieron sus puertas en mayo de 2022) estas oficinas han recibido un notable volumen de visitas para buscar respuestas a preguntas ligadas a las rehabilitaciones. «Había mucha desinformación. Los profesionales y las comunidades no sabían por dónde empezar y la verdad es que estaba pasando un tren de ayudas que no se podía desaprovechar. Hay que impulsar estas subvenciones», señala Nagore.
Lo que es evidente es que «nos hemos dado cuenta de que tenemos que invertir en nuestras casas. Con la pandemia, nos hemos dado cuenta de dónde vivimos», sostiene Nagore, al tiempo que Juana puntualiza que «los edificios tienen muchas carencias » y que hay que trabajar para que se modernicen y adapten a las necesidades del momento.
Una de las claves para poder acceder a las mayores ayudas posibles es optimizar los recursos, conocer de primera mano qué requisitos se necesitan y hasta dónde pueden llegar los propietarios. En este sentido, el proyecto adquiere una relevancia capital: «Te ayuda a definir hasta dónde puedes conseguir financiación. Por ejemplo, a veces mejoras dos letras la eficiencia energética y esa subvención cubre el coste de las ventanas», explica Juana. Es en este momento cuando «se ve la importancia de los profesionales.
Guiamos a los clientes desde el principio », señala Nagore. En este caso tanto los arquitectos como los aparejadores custodian que todo siga el procedimiento deseado. «Para que una obra acabe bien tiene que tener un proyecto y una dirección de obra», explica Juana, quien subraya que «nuestro trabajo es complementario».
Lo que puede parecer un gasto, «es una inversión. A veces tenemos el pensamiento de que el proyecto nos genera un mayor desembolso, pero es todo lo contrario. Es lo más importante de una obra de estas características porque nos va a permitir conocer desde el inicio qué es lo que buscamos, cuánto nos va a costar y a qué ayudas y subvenciones podemos acceder», detalla Nagore. Porque hay que destacar que «nosotros trabajamos por y para la comunidad, es nuestro cliente», confiesa Juana. De esta manera, el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro y el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa sirven de vehículo para acceder a las ayudas: «Nos encargamos de ofrecer información, no de la gestión».
Pero hay otro tema relevante que hace referencia al aspecto económico y que Juana matiza: «Lo que se hace en las viviendas es una intervención porque esta aumenta de valor. No pierdes nunca». Es decir, cualquier mejora en la casa se convierte en un argumento más de venta, aumenta el valor de la misma.
Eficiencia energética y accesibilidad de las viviendas
Las problemáticas de las rehabilitaciones son tan amplias como el número de obras, toda vez que el estado de cada edificio es diferente y que cada uno requiere de un tratamiento personalizado en función de su estado, los años desde su construcción, las inversiones que se vayan a realizar…
Pero no es menos cierto que hay algunos hándicaps que son comunes a re, al tiempo que Juana puntualiza que «los edificios tienen muchas carencias » y que hay que trabajar para que se modernicen y adapten a las necesidades del momento. Una de las claves para poder acceder a las mayores ayudas posibles es optimizar los recursos, conocer de primera mano qué requisitos se necesitan y hasta dónde pueden llegar los propietarios. En este sentido, el proyecto adquiere una relevancia capital: «Te ayuda a definir hasta dónde puedes conseguir financiación. Por ejemplo, a veces mejoras dos letras la eficiencia energética y esa subvención cubre el coste de las ventanas», explica Juana. Es en este momento cuando «se ve la importancia de los profesionales. la mayoría de ellos: la eficiencia energética y la accesibilidad. «La eficiencia te permite estar mejor en tu casa, con un mayor confort y a un precio más asumible», mientras que la accesibilidad «te garantiza acceder» a ella, mantiene Nagore.
Estas mejoras afectan directamente a nuestro estado físico, que mejora sensiblemente. «Es invertir en salud», argumenta Juana, quien pone un claro ejemplo: «Vivimos en una ciudad que mira al mar y cuando cambiamos las ventanas tenemos que cuidar la ventilación. Tener las ventanas abiertas en invierno cuesta, por eso es relevante pensar en ventilación mecánica con recuperación de calor, que hace que el aire esté siempre limpio y evitar las humedades y condensaciones». Nagore añade otro ejemplo de cómo la rehabilitación de edificios puede afectar a nuestro día a día y a nuestra salud: «Hay que pensar en esa señora de 80 años que tiene que subir al sexto, no tiene ascensor, e igual no baja todos los días a la calle porque no puede subir tantas escaleras… Eso afecta directamente a su bienestar, a su salud personal, es lo que muchas veces no relacionamos con la salud».
Además, las casas «tienen que ser flexibles, se tienen que ir adaptando a las necesidades», advierte la presidenta de la delegación en Gipuzkoa del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, porque «no es lo mismo vivir solo, en pareja o con niños». Otra variable que se ha añadido es el teletrabajo, que ha obligado a acondicionar los domicilios para que puedan convertirse en espacios destinados a una finalidad laboral.
Con todas estas circunstancias, «hay que valorar la importancia de los profesionales en las obras. Es importante que estemos en todos los procesos para que la rehabilitación pueda completarse de forma exitosa. Hay que eliminar la visión de que somos un gasto para las comunidades para convertirnos en un aliado de ellas. Somos imprescindibles, igual que cuando vamos al médico y queremos que nos opere un cirujano porque es el especialista», expresa Nagore Azuabarrena, presidenta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa.
Queda mucho camino por hacer, «especialmente a nivel energético», incluso quedan edificios «sin aislamiento, porque antes no era obligatorio». Pero todo merece la pena porque «las mejoras nos acercan al confort», un término que muchas veces no apreciamos, pero que es determinante a la hora de calibrar la comodidad y el bienestar de nuestras viviendas. «Hay que rehabilitar las viviendas para mantenerlas con el mismo confort que las que son nuevas», apostilla Nagore.
En definitiva, ambas defienden una misma idea: «Hay que seguir apostando por las rehabilitaciones: por las ayudas económicas que hay para ellas, por el confort que suponen y por el ahorro energético que generan».