El Gobierno vasco sigue adelante en su proyecto para transformar la fallida central nuclear de Lemoiz en un polo de investigación y producción relacionado con la acuicultura. La enorme obra necesaria para poner en valor unos terrenos que han estado abandonados durante cuatro décadas comenzará en breve con el arreglo urgente del rompeolas. El dique artificial que protege la mole de hormigón y acero de los embates del mar Cantábrico se encuentra en muy mal estado por el paso del tiempo y la fuerza de los temporales, según se asegura en un informe al que ha tenido acceso EL CORREO. Es por este motivo que será la primera actuación a realizar. Se trata de una prioridad, ya que si no se toman medidas con cierta celeridad, existe un riesgo evidente de que el agua termine penetrando y generando daños de consideración en el resto de la infraestructura.
El Ejecutivo autonómico ya ha solicitado permiso a la Dirección de Costas, dependiente del Gobierno central, para llevar a cabo la reparación. En ese documento se ha reafirmado en su intención de reutilizar la central y sus infraestructuras asociadas, como la presa artificial de Urbieta, para habilitar una gran piscifactoría de producción de pescado y de estudio de estos procesos de cría en cautividad.