El coste de construir viviendas en España ha vuelto a subir. Así lo confirma el último Índice de Costes Directos de Construcción elaborado por ACR, que refleja un incremento del 4,2% al cierre de 2024, tras dos años de cierta estabilidad.
El nuevo repunte sitúa el índice en 175,86 puntos y evidencia las crecientes tensiones que vive el sector, provocadas, principalmente, por la escasez de mano de obra cualificada y el encarecimiento de materiales clave.
“El mercado está reaccionando al desequilibrio entre oferta y demanda, tanto en recursos humanos como en materiales. Esta situación impacta directamente en los costes y ralentiza el ritmo de producción de vivienda”, explica Guillermo Jiménez, director general de ACR. A su juicio, el problema no es coyuntural, sino estructural, y requiere soluciones a la altura del desafío.
En este contexto, ACR apuesta firmemente por la industrialización del proceso constructivo como una respuesta eficaz y necesaria. Esta metodología, que implica trasladar buena parte de la construcción a entornos controlados de fábrica, permite reducir significativamente los tiempos de ejecución —entre un 25% y un 30%— y la necesidad de personal en obra —hasta un 70% en determinadas fases del proyecto—.
Más allá de la eficiencia operativa, la industrialización abre la puerta a un cambio de paradigma: mayor control de costes, menos imprevistos, condiciones laborales más seguras y un entorno más atractivo para captar nuevo talento en un sector que necesita urgentemente rejuvenecer su base profesional.
ACR destaca también el impacto positivo de esta transformación en la capacidad productiva: “Si queremos responder a la demanda real de vivienda, necesitamos nuevas fórmulas que nos permitan escalar. La industrialización no es solo una tendencia, es una necesidad estratégica para garantizar el acceso a la vivienda y la sostenibilidad del sector”, concluye Jiménez.
El informe, que recoge datos reales de proyectos residenciales en la Comunidad de Madrid, deja claro que el futuro de la construcción pasa por innovar en la forma en que se construye. Y que solo apostando por modelos más eficientes, tecnológicos y sostenibles será posible mantener el ritmo que el mercado exige.