Iberdrola lanzará su nuevo plan estratégico el próximo 9 de noviembre, en su Capital Markets & ESG Day, que celebrará la energética en Londres.
La actualización de la ‘hoja de ruta’ de la energética presidida por Ignacio Sánchez Galán estaba prevista inicialmente para el pasado mes de marzo, aunque fue pospuesta debido a la incertidumbre provocada por el estallido de la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia a finales de febrero.
Iberdrola actualizará su estrategia para los próximos años, con una visibilidad a 2025, y a la convocatoria acudirán los principales analistas y gestores de fondos de inversiones internacionales que siguen la evolución de la compañía en el parqué, así como su posición financiera.
El pasado mes de julio, con motivo de la presentación de los resultados del primer semestre de este año, la energética ya reiteró su estimación de beneficio neto de entre 4.000 y 4.200 millones para 2022, pese al mal comportamiento del negocio en España, donde su resultado cayó un 26% en el primer semestre del año.
La energética ganó un 36% más en el primer semestre del año, impulsada fundamentalmente al buen desempeño de sus negocios internacionales en Estados Unidos, Brasil y el Reino Unido.
Iberdrola suministra energía a cerca de 100 millones de personas en decenas de países y desarrolla sus actividades de renovables, redes y comercial en Europa (España, el Reino Unido, Portugal, Francia, Alemania, Italia y Grecia), Estados Unidos, Brasil, México y Australia y mantiene como plataformas de crecimiento mercados como Japón, Irlanda, Suecia y Polonia, entre otros.
Con una plantilla de casi 40.000 personas y unos activos superiores a 150.000 millones de euros, en 2021 obtuvo unos ingresos de 39.100 millones de euros y un beneficio neto récord de 3.885 millones de euros.
El grupo contribuye al mantenimiento de 400.000 puestos de trabajo en su cadena de suministro, con compras anuales de más de 10.000 millones de euros. Referente en la lucha contra el cambio climático, ha destinado más de 140.000 millones de euros en las dos últimas décadas a construir un modelo energético sostenible, basado en sólidos principios medioambientales, sociales y gobernanza (ESG).