La Comisión Europea ha incluido a modo de paradigma dentro un nuevo conjunto de directrices para ayudar a los Estados miembros a desarrollar y actualizar su estrategias y políticas de adaptación al cambio climático a Zorrotzaurre, la última gran operación de regeneración urbana puesta en marcha en Bilbao. Si los países han de tenerla en cuenta es por cuatro medidas adoptadas específicamente para evitar posibles inundaciones: la apertura del canal de Deusto, que convierte la península en isla, la construcción de un muro de protección contra inundaciones de 1,5 metros para los nuevos edificios, la instalación de tanques de aguas pluviales y la creación de espacios públicos verdes que puedan absorber el agua en caso de desbordamientos.
Todas esas acciones forman parte además, y así lo destaca la Comisión Europea, de “una estrategia basada en la colaboración público-privada”. Es lo que la ONU viene reclamando en los últimos años: la necesidad de que administraciones y empresas hagan esfuerzos conjuntos y urgentes para aumentar la financiación y puesta en marcha de acciones que permitan adaptarse a los crecientes impactos del cambio climático. En el caso de Zorrotzaurre hay una Comisión Gestora formada por el Gobierno vasco, la Autoridad Portuaria de Bilbao, el Ayuntamiento de la capital vizcaína, la Sociedad Promotora Inmobiliaria Margen Derecha y Vicinay Cadenas. Además está la Junta de Concertación de la Unidad de Ejecución 1, que incluye los anteriores socios más la Administración General del Estado, FCC y otros dos propietarios particulares. Juntos suman en torno al 75% de la propiedad del suelo.
Plan integral e interconectado
La sostenibilidad suele entenderse en clave medioambiental, pero para existir debe ser cuádruple: también social, económica y cultural. Si a la Comisión Europea le gusta el proyecto bilbaino tanto como para ponerlo de ejemplo es justamente porque la apertura del canal de Deusto y demás medidas de adaptación al cambio climático forman parte de una estrategia que va mucho más allá. El Master Plan del proyecto, diseñado por la prestigiosa arquitecta Zaha Hadi, quiere convertir este espacio actualmente degradado con una superficie de 838.781 metros cuadrados en una isla humanista que integra Bilbao a lo largo de tres kilómetros. Un barrio nuevo “para vivir, trabajar y disfrutar” mejor.