Hay trayectorias que no se explican solo por los años, sino por lo que han sabido sostener en el tiempo. Iparragirre cumple 75 años con una historia construida desde la coherencia, la adaptación y el arraigo en su entorno. Fundada en 1950 por José Mari Iparragirre, Pedro Aseginolaza, María Mujika e Inés Iparragirre, nació en un momento de reconstrucción, pero también de visión: hacer de la construcción una herramienta de transformación.
“Hemos llegado hasta aquí gracias al estilo Iparragirre: anticiparse a los problemas, buscar soluciones, cumplir con lo acordado y trabajar siempre desde la colaboración. Una forma de hacer que combina experiencia e innovación, y que nos ha acompañado durante 75 años”
Señala Ibon Iparragirre, director financiero
Hoy, 75 años después, Iparragirre es parte del paisaje, del tejido industrial y social del Goierri (Gipuzkoa), y una de las trayectorias más reconocidas dentro de BUILD:INN.
Continuidad en entornos cambiantes
Momentos como la crisis del petróleo en los años 70 o la recesión de 2008 pusieron a prueba la estabilidad del sector. Iparragirre respondió manteniendo su rumbo y creciendo con proyectos como el Museo Barandiaran, el ayuntamiento de Arama o la variante de Lazkao, consolidando su capacidad técnica y de gestión.
Desde entonces, más de 1.200 intervenciones en obra civil, industrial, rehabilitación y edificación pública reflejan su vínculo con el territorio. Desde sus inicios, ha impulsado infraestructuras clave, como el ayuntamiento de Idiazabal, la gasolinera de Ihurre o pabellones para la empresa referente mundial Ampo.
Mirada a futuro
Con 75 años de trayectoria, la empresa sigue incorporando capacidades para responder a los desafíos actuales de la industria de la construcción. Entre sus próximos pasos, Iparragirre pondrá en marcha un Centro de Industrialización en Idiazabal, concebido para mejorar la eficiencia, reducir plazos de ejecución y elevar los estándares de calidad mediante procesos más controlados, eficientes y sostenibles.
Su propósito: avanzar hacia una construcción más precisa y menos dependiente del entorno de obra, capaz de responder con solidez tanto a los retos técnicos como a las exigencias medioambientales de nuestro tiempo.
Ese enfoque se concreta en una apuesta por tecnologías digitales, planificación avanzada y una conexión más estrecha con la industria local del Goierri. Al trasladar parte de los procesos a talleres, se reduce el impacto ambiental y se gana en eficiencia. Iparragirre aspira también a generar nuevas oportunidades laborales, fomentando un entorno de trabajo atractivo y con visión de continuidad.
Iparragirre no ha dejado de preguntarse para qué y para quién construye. Porque construir, al final, es también una manera de pensar y proyectar un territorio.
Que vengan muchos más. Bejondizuela, Iparragirre!endiente del entorno de obra, capaz de responder con solidez tanto a los retos técnicos como a las exigencias medioambientales de nuestro tiempo.
Ese enfoque se concreta en una apuesta por tecnologías digitales, planificación avanzada y una conexión más estrecha con la industria local del Goierri. Al trasladar parte de los procesos a talleres, se reduce el impacto ambiental y se gana en eficiencia. Iparragirre aspira también a generar nuevas oportunidades laborales, fomentando un entorno de trabajo atractivo y con visión de continuidad.
Iparragirre no ha dejado de preguntarse para qué y para quién construye. Porque construir, al final, es también una manera de pensar y proyectar un territorio.
Que vengan muchos más. Bejondizuela, Iparragirre!